El negocio de la música no se acaba

Mientras la SGAE se sigue peleando por un negocio cuya época ya pasó, al igual que otros que vinieron antes como el de las orquestas en vivo, o las partituras para pianos domésticos, el mundo de la música sigue creciendo en innovando a un ritmo trepidante. Lo que ocurre es el valor se traslada de los estudios de grabación a las experiencias en vivo.  Los nuevos negocios del mundo de la música son aquellos que nos traen experiencias nuevas en torno a la música. He aquí algunos ejemplos:

Música one to one

Mientras Spotify se extendía como la pólvora por toda Europa en otros países  compañías como Rhapsody, Lastfm y Sonora  triunfan con un modelo similar que no es más que la materialización del sueño de un producto hecho a la medida de cada consumidor:  Una radio hecha solo para ti con la música que tú quieres.

Reconocimiento de música

En paralelo otras empresas como Shazam o Soundhog ayudan a identificar las canciones que oímos en la radio o en bar. Un negocio que empezó timidamente hace 10 años con los primeros móviles GPRS, ha llegado a su madurez con el mundo de las Aplicaciones de iPhone y Android.

Videojuegos

Las canciones de viejos roqueros como Queen, Guns & Roses y AC/DC suenan en Playstations y Xboxes de todo el mundo mientras jugamos a “Guitar Hero” o a “Rock Band”.  Una reencarnación del Karaoke pero sin vídeos horteras y con mucho más margen.

Conciertos

Compañías como LiveNation organizan espectáculos musicales como nunca los hemos visto. Estos conciertos se retransmiten por Internet a audiencias por todo el mundo.

Con todo esto me queda claro que no es que el negocio de la música se acabe, lo que se acabó es la época en la que los consumidores pagaban por comprar un LP, casete o CD para escucharlo unos meses y luego guardarlo en la librería como recuerdo de tiempos pasados.